sábado, 2 de julio de 2016

Por primera vez poder decir soy Sobreviviente de Abuso Infantil.


Después de mucho tiempo de haber agregado el grupo a mis contactos y de seguir periódicamente las publicaciones decidí compartir mi caso, ya que mi vida ha sido una montaña rusa y al mirar atrás lo único que no me permite vivir plenamente es esa falta de aceptación de lo que viví en la infancia y que me ha llevado a estar enredado en un mundo de drogas, sexo sin protección y deseos de querer morir a pesar de que mi vida es fabulosa, profesionista,  he tenido trabajos maravillosos, un nivel de vida medio alto, he viajado fuera del país y estoy rodeado de maravillosos amigos y familiares, aun así eso no es suficiente.

Existe un vacio muy hondo en mi vida, al hacer memoria vienen a mi mente recuerdos de cuando era niño, era un niño muy frágil hijo de una madre sobreprotectora y un padre enérgico criado a la antigua. Debido a la situación económica mi madre decidió que era mejor irnos de la ciudad y estar solos, para esto tenía que trabajar mucho lavando ropa ajena y vendiendo ropa que compraba en Texcoco los fines de semana, el único objetivo era que tuviera la mejor educación posible (gracias a Dios así fue). Para poder trabajar así había necesidad de que me cuidarán mis tíos, quienes tenían 6 hijos hombres, en teoría cual podría ser el problema muchachos adolescentes que me querían mucho, mi madre apoyaba con los gastos de la casa, con lo que la vida era muy buena. Mi vida iba entre juegos, comer y dormir, recuerdo haber tenido como 3 o 4 años, de repente todo cambio, los juegos cambiaron de forma y recuerdo en una ocasión estar encerrados en una recamara con mis 6 primos tres de ellos adolescentes (entre 13-15 años) y los demás de entre 7 y 9, recuerdo estar con ellos y decirme que íbamos a jugar un nuevo juego que me iba a gustar, me bajan el pantalón y proceden a penetrarme uno a uno los tres mayores, mientras me dicen al oído que me quieren mucho, que no le diga a nadie, los demás solo observaban.
En otras ocasiones el mayor de ellos, me llevaba al baño y solo recuerdo estar girando alrededor, en espera de que abusara de mi sobre la taza del baño, no recuerdo nunca haber llorado, para mí esos eran los únicos momentos en donde existía contacto físico con alguien, mi madre llegaba muy cansada como para darme una caricia. Disfrutaba esos momentos enormemente.
Supongo que en algún momento mi madre se dio cuenta o mis tios, ya que repentinamente nos cambiamos de casa y no volvimos nunca más. Al llegar a esa nueva casa rara vez tenía contacto con vecinos, ahora mi madre me llevaba con ella, recuerdo que esto duro alrededor de 1 año, era pequeño y para mi madre era doloroso ver que yo sufría mientras ella trabajaba (no sabía que era peor lo que podía ocurrir en casa), por lo que decidió dejarme a cargo de una vecina, quien solo tenía dos hijos uno que nunca se encontraba y un adolescente de alrededor de 15 años, Jorge se llamaba. La dinámica era diferente, solo me echarían un ojo por si algo me hacía falta. Que podría resultar mal. Desafortunadamente, creo que mi fragilidad e introversión me hacían vulnerable, y en una ocasión mientras requería que me arreglaran la TV, llego Jorge y me empezó a acariciar. Yo quería una caricia, sentir que alguien me quería, tenía 6 años. Comenzó a decirme que si me gustaba que me acariciaran, que quien más me había acariciado y cómo. Inmediatamente comenzaron los abusos, yo no sabía que eso estaba mal solo quería que me quisieran un poco.  Eran departamentos y quizás lo había hecho con otros niños porque en una ocasión llegue a casa de unos vecinos (un niño y una niña) y al ponernos a jugar recuerdo estar desnudo en la cama con ambos, ella de alrededor de 9 años pedía que estuviera su hermano de un lado y yo del otro. Al recordarlo recuerdo que me dio mucho miedo, asco, comenzaba a sentirme mal.

Nuevamente mi madre opto por lo mejor para mí y nos fuimos a otra casa, nunca supe que hablaban los mayores o como, pero terminábamos en otra casa. 

Para estas épocas, ya no sentía nada, nos mudábamos de casa, mi espacio cambiaba completamente, perdía a la gente que me propiciaba las únicas caricias, me seguía hundiendo. Lo único que me mantenía firme era el estudio, me encerraba en los libros, en las Telenovelas y en la fantasía. Mi madre seguía trabajando para darme la mejor educación y gracias a Dios lo supe aprovechar. Pasaron muchos años, nos metimos a una Iglesia cristiana, conseguí una beca para una de las escuelas más prestigiosas del país y comencé a vivir, en teoría.

Nunca hubo relaciones amorosas, solo una vez me enamore de una chica de la secundaria, por única vez en la vida abrí mi corazón, el cual se rompió en mil pedazos, nunca más he vuelto a sostener una relación amorosa, durante muchos años no permitía que se me acercaran. Me daba miedo el contacto físico. Comenzaron las luchas entre la iglesia y mi orientación sexual, soy gay, no puede ser, es lo peor que le podía suceder a mi vida. El miedo al contacto, el miedo a las relaciones, el ser religioso puritano y gay fue una combinación muy complicada, la única salida que encontré fue la de las drogas, primero intente el suicidio varias veces, pero Dios tenía un plan diferente. 

Inmerso en un mundo de drogas por 15 años, intentando aceptar una realidad que paso hace 32 años, haciendo todo lo posible por vivir y aceptar que ya todo paso. Y que gracias a Dios que estoy vivo y que la vida sigue presentándose llena de posibilidades, un nuevo trabajo, con nuevas salidas al extranjero, una nueva vida y por primera vez poder decir soy Sobreviviente de Abuso Infantil.

Anónimo.

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